top of page
Buscar

Orgullo y prejuicio - Jane Austen

  • Foto del escritor: AliceSophie
    AliceSophie
  • 27 sept 2019
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 3 oct 2019


-Es una verdad mundialmente reconocida que un hombre soltero, poseedor de una gran fortuna, necesita una esposa.


- Desde el principio, casi desde el primer instante en que le conocí, sus modales me convencieron de su arrogancia, de su vanidad y de su egoísta desdén hacia los sentimientos ajenos; me disgustaron de tal modo que hicieron nacer en mí la desaprobación que los sucesos posteriores convirtieron en firme desagrado.


-Me dio una lección que fue, por cierto, muy dura al principio, pero también muy provechosa. Usted me humilló como convenía, usted me enseñó lo insuficientes que eran mis pretensiones para halagar a una mujer que merece todos los halagos.


- ¡Un hombre al que he rechazado! Loca debo estar si espero que renazca su amor. No hay un sólo hombre que no se rebelase contra la debilidad que supondría una segunda declaración a la misma mujer. No hay indignidad mayor para ellos.


- He luchado en vano. Ya no puedo más. Soy incapaz de contener mis sentimientos. Permítame que le diga que la admiro y la amo apasionadamente.

-Si pudo estar amable y complaciente con mis tíos en Londres, ¿por qué no conmigo? Si me temía, ¿por qué vino? Y si ya no le importo nada, ¿por qué estuvo tan callado? ¡Qué hombre más irritante! No quiero pensar más en él.


- No puedo concretar la hora, ni el sitio, ni la mirada, ni las palabras que pusieron los cimientos de mi amor. 


-Es un asunto muy desdichado y probablemente será muy comentado; pero hemos de sobreponernos a la oleada de la malicia y derramar sobre nuestros pechos heridos el bálsamo del consuelo fraternal.


- No puedo olvidar tan pronto como debería las insensateces y los vicios ajenos, ni las ofensas que contra mí se hacen. Mis sentimientos no se borran por muchos esfuerzos que se hagan para cambiarlos. 


-Sólo estoy decidido a actuar de esa manera, que en lo que respecta a mi opinión, constituirá mi libertad sin basarme en ti ni en ninguna persona tan completamente desconectada de mí.


- A todos nos gusta dar lecciones, pero sólo enseñamos lo que no merece la pena saber.

-La distancia es nada cuando uno tiene una motivación.


- Existe, creo yo, en cada disposición, una tendencia hacia un mal en particular, un defecto natural que ni siquiera la mejor educación puede ayudar a superarla.


-El poder de hacer cualquier cosa con rapidez siempre es valorado por el poseedor, y usualmente sin ninguna atención por la imperfección de la ejecución.


- La felicidad e el matrimonio es enteramente una cuestión de azar.


- Son pocas las personas que en verdad amo, y aún menos de las que pienso bien. Entre más veo este mundo, más insatisfecha estoy con él. Cada día confirma mi creencia en la inconsistencia del humano y de la poca dependencia que se puede tener en la apariencia del mérito o el sentido.


- Me mostraste lo insuficientes que eran todas mis pretensiones eran para complacer a una mujer digna de ser complacida.


- La imaginación de una dama es muy rápida; salta de la admiración del amor, y del amor al matrimonio en un instante.


- Es mejor saber tan poco como sea posible de los defectos de la persona con la que estás a punto de pasar tu vida.


-Las personas enojadas no siempre son sabias.


-Me alegra que tenga el talento de halagar con tanta exquisitez.


-Te han gustado personas más estúpidas. 


- Uno no siempre puede siempre reírse de un hombre sin encontrarse de vez en cuando con algo ingenioso.

 
 
 

Comments


Join my mailing list

Thanks for submitting!

© 2023 by The Book Lover. Proudly created with Wix.com

bottom of page