Buscando a Alaska - John Green

-Pero muchas veces las personas mueren por cómo viven. Y por consiguiente, sus últimas palabras me dicen mucho de quiénes fueron estas personas y por qué se convirtieron en el tipo de persona sobre las cuales se escriben biografías.

-Moriré joven, pero al menos moriré inteligente.

-¿Qué demonios es un instante? Nada es un instante. El arroz instantáneo toma cinco minutos, un budín instantáneo una hora. Dudo que un instante de dolor cegador se sienta particularmente instantáneo.

- -Siempre me impactó el darme cuenta de que no era la única persona en el mundo que pensaba y sentía tales cosas tan extrañas y horribles.

-Somos incluso más que la suma de nuestras partes.

-Siempre existen las respuestas. Simplemente tenemos que ser lo suficientemente inteligentes.

-Si tan solo pudiéramos ver la ola de interminables consecuencias que resultan de nuestras acciones más pequeñas. Pero no podemos saber qué es mejor hasta que el saber se vuelve inútil.

-Tener miedo no es una buena excusa. Tener miedo es la excusa que todo mundo ha utilizado.

-Nunca la conoceré lo suficiente como para conocer sus pensamientos en esos últimos minutos, nunca sabré si nos dejó a propósito. Pero el no saber no hará que me deje de importar y siempre la amaré.

-Cuando adultos dicen “los adolescentes son invencibles”, con la tonta y estúpida sonrisa, no tienen idea de en lo cierto que están. (…) Pensamos que somos invencibles porque lo somos. No podemos nacer ni morir. Como toda la energía, solo cambiamos de forma, tamaño y manifestaciones. Olvidan eso cuando crecen y todo les asusta.

-Las últimas palabras de Thomas Edison fueron: “Es hermoso allá”. No sé dónde sea eso, pero creo que está en alguna parte y espero que sea hermoso.

-Cuando dejas de desear que las cosas no se derrumben, dejas de sufrir cuando lo hacen.

-En un punto todos miramos y nos damos cuenta de que estamos perdidos en un laberinto.

-Realmente no estoy de humor para responder preguntas que comiencen con cómo, cuándo, dónde, por qué o qué.

-Porque los recuerdos también se desmoronan. Y te quedas sin nada, sin ni siquiera un fantasma, sino con su sombra.

-Eso no sucedió, claro. Las cosas nunca ocurrieron de la manera en que las imaginé.

- Justo acabo de hacer algunos cálculos y he podido determinar que eres un charlatán.

-La única manera de salir del laberinto del sufrimiento es perdonando.

-Conozco muchas últimas palabras. Pero nunca sabré las de ella.

-Pasas toda tu vida atrapado en un laberinto, pensando cómo un día escaparás y lo impresionante que será, e imaginando ese futuro te mantienes en movimiento, pero nunca lo haces. Simplemente usas el futuro para escapar del presente.

-Las últimas palabras siempre son más difíciles de recordar cuando nadie sabe que esa persona está a punto de morir.

-Prefiero quedarme con la duda que obtener respuestas con las que no podría vivir.

-No puedes simplemente hacerme diferente y luego irte. Porque estaba bien antes.

-Algunas veces se pierden las batallas. Pero la malicia siempre gana las guerras.